martes, 13 de octubre de 2009

De cómo tu médico puede hacerte feliz, sin sexo de por medio (basado en hechos reales)


PROLOGO:
Yo era una paciente de aquellas que hay tantas, con síntomas de ansiedad elevadas a extremos "incluso" peligrosos.
Tenía, por DESGRACIA, una doctora, llamada M.Miranda, que a día de hoy aún no tengo la certeza de que sepa si soy rubia o morena.
Yo llegaba, me sentaba, NO ME MIRABA, escribía en el ordenador con dos dedos (uno de cada mano), de cada tres letras borraba 2, y con las mismas me decía: ala, hasta luego... SIGUIENTEEEEE!!!...
Así que yo iba al médico, por cualquier cosa, lo que fuera, y salía con una sensación espantosa, porque había ido a ver al mismísssimo demonio vestido de blanco:


ACTUALIDAD:
Hoy he vuelto al médico. Mis niveles de colesterol estaban lo suficientemente altos como para poder abastecer a toda la fábrica de Revilla, así que, pinchacito de por medio la semana pasada, he vuelto hoy al médico.
La DIOSA FORTUNA ha querido que me encontrara con un papelito en la puerta de la doctora M.Miranda que decía:
"Su médico no está. Pida cita."
La primera impresión, que no siempre es la que cuenta, fue... MIERDA, ahora me quedo sin médico, tendré que esperar unos días, arf arf arf... Pero no. Me dijeron muy amablemente que me atendería el doctor C. en el despacho 9. Allá fui. Y me encontré con algo muy parecido a esto:


Claro, a mí la cara ya me cambió. El "Gran Doctor" me atendió como si yo fuera la Reina de Inglaterra, ME MIRÓ a la cara, se sentó frente a frente y me preguntó cosas que la puta gocha M.M. nunca jamás habría ni siquiera imaginado. QUE AMOR DE HOMBRE!!!... Qué maravilla... qué delicia ir al médico para que te trate así. Hasta hizo un par de chistes!!
Así que bien poquito me faltó para salir de allí pensando que me había atendido éste otro:


CONCLUSION:
Bajé las escaleras. Llegué a información. Y pregunté con toda la inocencia del mundo... ¿podría cambiar de médico?. Me dijeron que sí. ¿podría ser el Doctor C.?. Me dijeron que sí.

Y cuando salí del centro... tenía una lagrimita a punto de salirme del ojo derecho.

2 comentarios:

Nandín dijo...

¡Jamía...! Que el derecho a cambiar de médico ya existe desde hace un porrón de años y tu aguantado a la petarda esa...Ya te fale.
Lo importante es que estés bien y que sólo sea er mardito colesterol de lo cohone...(Qué te voy contar...)¡snif!
Un beso muy fuerte

Skady dijo...

Ya, pero yo me planteaba aquello de... más vale lo peor conocido que lo buenísssimo por conocer... ains... qué triste inocencia...
Un besín para vos.