viernes, 4 de abril de 2008

En el ascensor

Preliminares:

Voy a casa de mi madre todas las semanas. Viví en ese edificio 24 años, luego me fui, luego volví, viví durante mucho tiempo más, y ahora, voy a casa de mi madre una o dos veces por semanas.
El edificio tiene 15 pisos.
De un lado, los pisos A y B, con dos ascensores.
De otro lado, los C y D, con sus otros dos ascensores.

El "Momento":

Miércoles, 22:30 horas.
Entro en el portal y me dirijo al ascensor. Un chico que acaba de entrar, me espera gentilmente con la mano sujetando la puerta del ascensor.
Entro y le agradezco.

Al catorce.
Al octavo.

El ascensor comienza a subir, y no me puedo reprimir.

Eres nuevo?
NO!, llevo aquí toda la vida.

(Mi madre bendita, está como un puto queso... Y NO SE QUIEN COÑO ES!!!!)

Mmmmm... pues yo también, y no te conozco... no me suena tu cara (más quisiera yooooo...)
A mí tampoco me suena tu cara.
(Ay, dios!, qué puñalada me acabas de dar, encanto!)

El ascensor llega a su piso. El de él. El piso del chico guapo, de la cosita linda del edificio QUE YO NO CONOZCO!.

Del 8º D.
Ahhh...
Bueno... pues nada... Adiós.

Y yo me quedo con estas ganas...

2 comentarios:

Elfo Golfo dijo...

Dio pio dio pio.... y tambien olia a queso? ufffff y en un ascensor... super-chenchual si si xDDD
Un abrazo Covi!!

Ester dijo...

Una buena razón (además del cubo mágico donde echas la ropa sucia y aparece limpia y planchada en el armario) para volver al hogar materno! XD

Un besote!